Tal como te advertí, en este artículo continuaré hablando acerca de los elementos que contribuyen a que tu desempeño en el escenario sea óptimo. ¿En qué nos quedamos? Hablamos del uso de los monitores, del sitio que debes ocupar en el escenario, de cómo colocar tu equipo, y de no confiar demasiado en la tecnología o la capacidad de algunos ingenieros. Ahora hablaremos de pequeños objetos que te pueden parecer irrelevantes, pero cuya carencia puede provocar que el concierto se convierta en una experiencia similar a escuchar "Glose to You" de los Carpenters durante 12 horas continuas: es decir, algo bastante incómodo.
Un objeto que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso es un afinador. Recuerda que cualquier pequeño movimiento puede desafinar tu instrumento; procura revisar la afinación antes de subir al escenario, y no lo vuelvas a guardar en el estuche una vez afinado. Eso te dará confianza, además de hacerte sonar correctamente. Si lo crees necesario, checa tu afinación entre canción y canción. Lo que yo hago es bajar a cero el volumen, comparar los armónicos de una cuerda con los de otra (corno lo haces normalmente) y poner la palma de la mano sobre el cuerno superior del bajo; el cuerno es un punto donde puedes percibir claramente la vibración de las cuerdas y sentir el choque de las ondas en la palma tan claramente como cuando las oyes. Afina cuantas veces sea necesario pero que no te entre la paranoia. Confía en tu buen oído y en tu instrumento.
En caso de que sea necesario leer en el atril, las pinzas para fijar los papeles te pueden salvar la vida. Si tocas al aire libre y no las llevas contigo, podrías ver que a media canción tus papeles se pierden en el horizonte al mismo tiempo que tu trabajo. Las pinzas son útiles incluso en interiores, ya que un tropezón o una máquina de humo con ventilador pueden causar los mismos estragos.
Otros objetos que pueden llegar a ser de mucha utilidad son: un cable extra, cuerdas de repuesto, baterías extras en caso de que tu equipo las requiera, herramientas para ajustar el bajo, una toalla pequeña si transpiras mucho, zapatos cómodos, un pequeño botiquín con lo más indispensable, una lámpara para el atril, y cualquier otra cosa que creas poder necesitar.
Otro momento crítico antes del concierto es la prueba de sonido. A la mayoría de los músicos la prueba de sonido nos parece un trámite aburrido y engorroso. Un trámite que puede ser aún peor si nos topamos con compañeritos que no tornan en cuenta la importancia de permanecer en silencio mientras los otros miembros de la banda hacen su prueba.
Si siete personas hacen sonar sus instrumentos al mismo tiempo, lo único que puedes esperar es que el ingeniero se confunda, se cree una situación desesperante y se frustre el trabajo de todos. Permanece en tu lugar, guarda silencio, aprovecha el tiempo muerto para calentar (con el volumen cerrado), espera tu turno con humildad, y sigue las indicaciones del ingeniero: te aseguro que no lo hace para molestarte. Mantén siempre un diálogo directo con los técnicos dentro y fuera del escenario, ya que forman parte de tu mismo equipo. Su trabajo depende de ti, y el tuyo de ellos; pero recuerda que el que puede hacer el ridículo frente al público eres tú, así que si consideras que las condiciones mínimas para tocar con tranquilidad no se han cumplido, no dudes en hacérselo saber a cualquiera de los técnicos que a tu parecer esté fallando.
Toma en cuenta que el sonido de tu monitor no va a ser el mismo en una sala vacía que en una sala llena de gente, por lo que has de pedir un poco más volumen del que creas necesario durante la prueba. Cuando llegue tu turno procura tocar algo del material del espectáculo y combinar las diferentes técnicas que vas a utilizar
( `slap', `tapping', etc.). Procura
también tocar usando distintas
dinámicas. Si durante la prueba tocas bajo todo el tiempo, al momento de tocar fuerte durante el espectáculo, el ingeniero se verá en la penosa necesidad de bajar tu nivel en la sala. Sin todos estos elementos, la prueba se vuelve inútil.
Por supuesto nada de lo expuesto anteriormente es una verdad absoluta. Cada músico tiene su lista de objetos indispensables, su manera de relacionarse con el equipo de músicos y técnicos, y su manera de encontrar un sitio en el escenario. Toma en cuenta todo esto y adáptalo a tus propias necesidades.

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