La Técnica: Lo Más

Acabas de entrar en la zona VIP. Aquí no sirven excusas de ningún tipo, esta sección es para los que se exigen lo máximo. Si el nivel te parece demasiado alto o simplemente no quieres exigirte tanto quiero que sepas que me parece perfecto. No por ello vas a ser mejor o peor bajista. Sin embargo, para detenerte siempre estás a tiempo y aquí queremos dar la posibilidad de ir a más a aquellos que nunca tienen bastante. 

Un buen bajista se compone de 6 partes, a saber: ritmo, oído, imaginación, armonía, un buen equipo y un excelente carácter. Si las tienes todas, ¡premio!, pero aún puedes profundizar en todas ellas; si no, puedes ponerte a coleccionarlas desde ya mismo o continuar toda la vida quejándote de que sólo los enchufados consiguen tocar en grupos que merecen la pena. 
Lo que viene a continuación son ejercicios, a veces inusuales, para practicar algunas áreas concretas del conocimiento musical, como por ejemplo medir, reconocer melodías y tocarlas inmediatamente, etc. A veces pueden parecer cosas raras, y desde luego no tienen mucho que ver con la vida normal, pero tú eliges. Si quieres ser un bajista normal y corriente, esta no es tu sección. Buenos somos todos, pero el nivel de excelencia está reservado a unos pocos, de los cuales la mitad entra gracias a unas tremendas facultades naturales y la otra mitad gracias a un concienzudo trabajo. Elije opción. 

¡No veas! 
Lo primero es que aprendas a tocar sin mirar el mástil. Bueno, si es muy preciso (léase un cambio del traste #1 al traste #19) se te permite echarle un vistazo fugaz. Pero de normal, quítate esa fea costumbre. El Bajo ya sabes que está ahí, y sin embargo hay muchas cosas que están ocurriendo mientras tocas, ya sea con tus compañeros en un ensayo, en medio de un concierto o en una jam-session. Me refiero a señales que pueden darse con gestos o tal vez las caras que pone el cantante de tu grupo mientras canta sean de concurso televisivo. El caso es que hay que ESTAR ahí y no solamente de cuerpo presente, lo cual equivale a estar muerto. No digamos ya si algún día tienes la oportunidad de tocar con B.B. King (¡llámame!). Díme la verdad: ¿te vas a pasar el rato mirándo hacia abajo o prefieres disfrutar del momento? 

Bien, para quitarte la manía aquí tienes el antídoto. Imprímete el siguiente DIAGRAMA. En efecto se trata del mástil del Bajo con las notas escritas. Si no te gusta, constrúyete uno a tu medida. Vale, a partir de ahora esto es todo lo que vas a mirar. Póntelo delante en casa mientras practiques y ves poco a poco memorizándolo. El siguiente paso es que lo tengas en la cabeza y no necesites ni el papel. Otra cosa: que los pequeños fallos que tengas al principio (notas no deseadas por no estar mirando el mástil) no te desmoralicen. A cualquiera puede sucederle.

¿Bailas? 
En especial, para todos aquellos que practiquen estilos rítmicos a más no poder, léase funky, Acid-Jazz, soul, reggae, disco, rap, hip-hop, salsa, rumba, mambo, etc... Fíjate y verás cómo los buenos bajistas (y los buenos baterías) llevan el ritmo con TODO su cuerpo, aunque sólo utilicen las manos para producir sonido. Lo contrario es alguien que está tocando ritmos super-bailables y se mantiene estático como si aquello no fuera con él. Eso significa que lo que dice con los dedos lo niega con el resto del cuerpo. Parece una tontería, pero desde fuera se nota en seguida que algo no cuadra. Así que ¡muévete! 

Bailar es un sanísimo deporte que si incorporas a tu quehacer semanal te deparará incontables sorpresas. Sin que te vengas a dar cuenta, tu sentido del ritmo mejorará sensiblemente. No hace falta que seas Fred Astaire, ni siquiera que sepas bailar. Puedes pegar saltos o mover la cabeza como un periscopio, da igual. Desinhíbete y lleva el ritmo con todo el cuerpo. Además, tu presencia escénica se verá fortalecida. El ritmo se contagia, puedes probar y verás cómo los que te estén viendo empezarán también a moverse. Y te divertirás el doble. 

No estamos solos (ni sordos) 
Seguro que alguna vez te has visto en la disyuntiva de practicar en casa o ponerte a ver la televisión. Bueno, pues mira por donde aquí vas a poder hacer las dos cosas a la vez. Puede que ya toques sin mirar el mástil, pero en cuanto pasa una mosca volando, ¡zas! te despistas y metes la nota que no tocaba. En ese caso necesitas más concentración. Y más concentración no significa que te obsesiones en no cometer errores, sino que tengas tan asimilado lo que tienes que tocar que te salga casi automático, de manera que puedas estar al mismo tiempo pendiente de otras cosas, como el resto de tus compañeros en el escenario o en el ensayo, esa tía tan-tan de la primera fila que no te quita los ojos de encima, o lo que sea. 

Y para ello nada mejor que tocar mirando la TV. Coge cualquier canción que se supone que ya te sabes y has tocado varias veces y trata de tocarla una y otra vez mirando cualquier cosa en la tele, pero primero quítale el sonido a esta y asegúrate de que tú te escuchas. Al principio veste ejercicio te desmoralizará, pero aguanta. No vendas el Bajo. Es muy difícil lo que estamos tratando de hacer. Pero cuando lo consigas habrás conseguido estar tocando sin estar exclusivamente pendiente del instrumento. Entonces es posible que descubras un montón de cosas, como la camisa tan horrible que se ha puesto el batería, el juego de piernas tipo púgil que se marca el guitarrista o la amiga de Pili que se ha tintado el pelo de azul. 

Ese bicho que hace clac-clac 
Su nombre real el metrónomo y es un instrumento de tortura que no se inventó en la Edad Media sino a mediados del S.XIX. Sirve para decirte cuándo te vas de tiempo y es implacable, no le puedes engañar ni sobornar. Así que si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. Tener al metrónomo de tu parte es una de las mejores herramientas que puedes desear como bajista. Los bajistas con un excelente sentido del tiempo son cotizadísimos. Es algo que no se le exige a un solista. Miles Davis o Jimi Hendrix te podían volar la cabeza con un solo, solo que si escuchas detenidamente puede que encuentres pequeños desajustes de tiempo. Pero estos caballeros contaban con unas estupendas bases rítmicas que les permitían funcionar a tope. La cuestión es así de simple: si el solista se va pero la base cuadra perfectamente no importa demasiado, porque el oído del que escucha sigue identificando la estructura de la canción. Pero si la base se va, TODA la canción se va. Si es tu caso, no durarás mucho en ese grupo. De lo que se deduce que... 

... Es mejor que no sea tu caso. O sea, que ya puedes empezar a hacerte amigo de ese bicho que hace clac-clac, alias metrónomo. Verás por ahí músicos que son casi como relojes, que no se van de tiempo ni un pelo. Bien, esto es una cualidad que algunos tienen, pero los que no la tienen la pueden adquirir a base de entrenamiento. El ser un excelente llevador de tiempos es más cuestión de entrenarse que de "haber nacido para tocar". Te estoy dejando sin excusas, lo se. 

Para entrenarte con el metrónomo puedes seguir varios caminos. Uno puede ser seleccionar una velocidad lenta, por ejemplo 60 golpes/minuto, coger una frase muy sencilla y tocarla a esta velocidad durante 15 minutos. La misma frase. Esto te ayuda, además a mantener una misma línea de bajo durante un tiempo determinado sin ponerte a cambiar constantemente en búsqueda de esa combinación de notas que hará que en un futuro se hable de ti en términos de "original" o "genial". Mantener la canción contra viento y marea, aparte de ser tu trabajo, también puede ser genial. Después prueba a mantenerte 30 minutos, incluso más. ¿Es un aburrimiento? No, es un entrenamiento. Ya verás, ya, lo que lo agradeces. Mantén esta rutina durante un mes y notarás cómo tu capacidad de medir perfectamente mejora al cien por cien. 

Es posible que tengas en casa una batería programable o una caja de ritmos y que, aburrido del monótono e implacable clac-clac del metrónomo decidas practicar con un ritmo "de verdad". Error. Naturalmente, tocar con un ritmo de percusión es mucho más agradecido, pero el hecho de oír solamente la pulsación del metrónomo te obliga a ser más preciso. Además, como no hay otro instrumento todo depende de ti, con lo cual tienes que esforzarte más para que aquello suene a música. De todas formas, ensayar con una batería programable también es un buen ejercicio que ya explicaremos en la sección de "Análisis". 

Un poco más difícil: pon el metrónomo a 40. Si tienes uno digital trata de programarle una pulsación por debajo de 40 y después trata de tocar encima de ese ritmo. La mala noticia es que es MUY difícil tocar a un ritmo tan lento sin perderse; la buena es que cuando lo consigas serás un auténtico campeón del ritmo. Y ya tendrás una de las seis partes del bajista completo. Después, ves a por las otras cinco. 

Bach sí que sabía 
No, J.S. Bach no era bajista pero, como todos lo grandes compositores, sabía la importancia que tiene una buena línea de bajo. Esto es fácil de comprobar en cualquiera de sus composiciones, ya sea para clavecín o para coral, para órgano o para orquesta de cámara. Aquí nos centraremos en sus obras para clavecín que es donde mejor se escuchan los bajos. Escuchar estos bajos, cuando no sacarlos y practicarlos, educa mucho el oído de cara a ciertos estilos de música. Si lo tuyo es el funky o la bossa-nova, olvídate. Pero si lo tuyo es un estilo de ritmo binario, desde trash-metal hasta tecno puro pasando por el rock y el pop de toda la vida, esto te puede servir. Más aún: educa tu oído en el arte de saber cuando mantener la línea del bajo dejando paso a un solista y cuando toca meter un pequeño relleno. Y todavía hay más: melodías que "contestan" a la melodía principal, síncopas que dan dinamismo a la base, y ostinatos repetitivos y machacones con una efectividad fuera de duda. Esto es sólo una muestra de lo que el bueno de J.S. Bach puede hacer por ti. 

Ábrete de orejas 
Eres bajista, sí, pero también eres músico. Hay un montón más de instrumentos con papeles diferentes, timbres diferentes y técnicas diferentes que pueden darte ideas. Entendámonos: te pueden dar ideas que luego tú acoplarás a tu rol de bajista. No se trata de ponerte a hacer de saxofonista con el Bajo, lo cual resultaría curioso por un lado y patético por otro. Pero de los instrumentos melódicos puedes tomar un montón de pequeñas melodías que incorporar a tus líneas, y de los instrumentos de percusión puedes aprovecharlo todo porque son puro ritmo. Esto además despeja mucho la cabeza, a veces uno se satura de bajos y necesita un buen refresco para volver a cogerlos con más ganas. 

Pero más importante que esto es escuchar estilos de música diferentes. Cada vez son más los grupos que fusionan estilos, lo que desde luego los hace más interesantes. Prácticamente todos los estilos tienen algo que nos puede resultar interesante y que podamos incorporar a lo que hacemos sin que lo que hacemos pierda por eso su identidad. Así que, sin miedo. El que no quiere ni oír hablar de otras músicas es porque tiene miedo de que le gusten. Y eso significa que no está muy seguro de lo que hace. 

Tómate unas vacaciones 
Espero que nunca te digan esto los otros componentes de tu grupo. Aquí nos referimos a hacer una pausa para asimilar mejor lo que hemos aprendido. Si te tiras un montón de horas practicando todos los días y te pasas el día y la noche pensando en líneas de Bajo, más tarde o más temprano te saturarás. Y a partir de ahí, nada bueno: repetición, fuga de ideas, sensación de que no avanzas, etc. Es el momento de hacer una pausa. Tómate un día entero, mejor dos, sin tocar y sin pensar en bajos. Entretente con lo que sea, despéjate. Y de paso descansarán los músculos de los brazos y de las manos. Al tercer día cuando cojas el Bajo verás cómo todo fluye mucho mejor y vuelves a ser el que eras. Eso sí: que la pausa no sea muy larga (no más de dos días), porque empezarás a perder práctica. 

Toco El Bajo... Y A Veces La Batería 
No, no te voy a recomendar que aprendas otro instrumento (aunque si quieres...). Se trata de equilibrio sonoro. Lo más difícil de tocar es probablemente la elección de notas. Ahí es donde se ve todo: si tienes buen gusto se ve; si eres un patán, también. De ahí que sea bueno dosificarse, lo cual significa las notas justas, ni más ni menos. Esto afecta también al equilibrio sonoro de la banda en la que tocas. A lo mejor una introducción de guitarra y batería queda mejor sin notas de Bajo. Bueno, pues no te empeñes en meterlas. Los silencios son importantísimos, hacen más por ti de lo que te imaginas. Hacen que luego la gente aprecie más las notas que tocas. Si no paras nunca, no creas contraste y se aprecian menos las frases. Saber tocar es saber también cuándo no hacerlo. Ten en cuenta que los Bajos de las canciones de tu grupo te pertenecen (a menos que te los den hechos), son responsabilidad tuya y eso es mucha responsabilidad. Así que, cuando en un final de frase decides apagar totalmente las cuerdas con la mano derecha para que se escuche el redoble de batería también estás siendo responsable de ese silencio, porque estás tomando la decisión de no tocar. Por extraño que parezca, esta cualidad (que define al músico) escasea. 

Midiendo, pero bien 
A cualquier hora del día puedes practicar sin necesidad de estar en tu casa con el Bajo colgando. Puede ser mientras estás aburrido por la noche en un pub esperando a la mujer de tu vida, en la parada del autobús... Eso sí, necesitarás escuchar música de una manera o de otra. Ya sea al aire o con cascos, ves siguiendo la canción que suene con la mano o con el pie, pero sólo el esquema de la caja, por ejemplo. Y asegúrate de que das el golpe exactamente en al mismo tiempo que la caja que está sonando. Los bajistas tenemos fama de tocar un pelín antes del golpe de tiempo donde queremos encajar la nota. No tiene demasiada importancia, sobre todo porque se trata normalmente de un milisegundo que no interfiere para nada el buen funcionamiento de la canción, pero si se puede evitar, mejor. ¿Cómo hacerlo coincidir exactamente? Pues se me ocurre que por ejemplo tocando encima del golpe y no escuchando este. Si escuchas la caja es que has tocado o bien un poco antes, o bien un poco después. Poco a poco verás como mides mucho mejor cuando toques en el local de ensayo con tu grupo.


Comentarios