Seguro que la primera vez que lo escuchaste te quedaste pasmado. Al menos eso es lo que nos ha ocurrido a gran parte de nosotros al conocer esa técnica de Bajo chasqueante. Y no digamos ya si tienes la dicha de ver en acción a auténticos fieras del asunto, como Paul Jackson (no, no es pariente de Michael "Bad") o Stanley Clarke. Lo cierto es que el slap no es sólo una técnica, sino que puede cambiar tu vida hasta el punto de convertirte en una especie galáctica. Que lo sepas.
Aquí tienes la intro que tú no pediste
Ese sonido tan funkero y vacilón lleva sobre la faz de la tierra casi tanto como tú y eso que no conozco tu edad. El invento se debe a un tal Larry Graham, quien allá por mediados de lo '60 tocaba en una (ejem) agrupación musical en la que un buen día el batería decidió unilateralmente que le hacían falta unas vacaciones. Con lo cual el peso rítmico cayó de pronto y con todo su idem sobre los hombros del bueno de Larry, que como era una chico listo, pues se inventó la triquiñuela del chasquido para darle vidilla a las canciones. Todo esto ocurría en San Francisco, en plena explosión hippie, y en uno de esos antros a los que tu mamá te rogaba encarecidamente que no fueras jamás de la vida porque estaba lleno de melenudos fumando porros. Total, que un buen día, o sea noche, cayó por allí un tal Sly Stone. Con ese nombrecito y la pinta que me llevaba sólo podía ser dos cosas: 1) Un chulo (proxeneta, según el diccionario); 2) Un disc-jockey soul-hip. Resultó ser esto último y se quedó flipao con el grupito, cosa que no me extraña porque debía ser para no perdérselo. El caso es que fichó a Graham para un engendro que estaba montando, algo con lo que soñaría Prince años más tarde y que vino en llamarse (tachán, tachán) "Sly & The Family Stone", uno de los grupos más extravagantes que han visto la luz.
Pues eso es todo en cuanto a orígenes. Ahora vamos al grano, pero antes que nada, un consejo: cuanto más aguda y con más brillo sea la ecualización que emplees, mejor notarás el efecto del slap.
Mano derecha
Aunque para algunas cosas hace falta tener un poco de "mano izquierda", si quieres tocar slap necesitas justamente lo contrario, es decir, mano derecha. Con la izquierda vas a seguir poniendo las notas como hasta ahora incluidas las mutadas, pero el chasquido lo da la mano derecha. Los dedos que vamos a utilizar son: la parte exterior del pulgar, con la que golpearemos la cuerda sobre el mástil (en el último tramo de este, aproximadamente sobre el traste #20) y el índice, con el que literalmente haremos restallar la cuerda contra los trastes. ¿Cómo? Pues levantándola con la yema del dedo, separándola del mástil y después soltándola bruscamente. Este movimiento ha de llegar a ser muy rápido cuando lo tengas dominado, pero al principio, como nunca me has oído decir, hazlo despacio. La técnica en sí no tiene más, ahora vamos con un ejercicio para empezar. Enchúfate, es una orden.
Vamos a abrir boca con un ejemplo que nos transporta a la era de la música disco. John Travolta tenía unos kilos de menos y los Bee Gees aún no habían cambiado la voz. Raro es el arreglo de esa época que, tratándose de música de baile, no introduce unas octavas en el bajo. Bueno, pues este ejemplo podría ser una línea de Bajo de aquellos días. Marcaremos como p la percusión del pulgar de la mano derecha sobre la tabla del mástil y como i el restallar de la cuerda contra el mástil producido por el dedo índice también de la mano derecha. La mano izquierda utilizará a lo largo del ejercicio los dedos 1 (para la nota, coincidiendo con p) y 4 (para la octava, coincidiendo con i).

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