Bajos acústicos: La revolución un-plugged I

Desde que se pusieran de moda los conciertos un-plugged (literalmente sin-enchufe, es decir, acústicos), hemos visto un verdadero auge de bajos acústicos. Estos instrumentos, que hasta hace pocos años constituían prácticamente una curiosidad, son hoy por hoy bastante frecuentes, y casi todas las marcas importantes disponen de algún modelo de estas características. 

Básicamente. se trata de instrumentos de construcción muy parecida a la de los bajos eléctricos, con la diferencia que éstos tienen caja acústica lo que les permite sonar sin ser enchufados, aunque a un volumen bastante reducido. Sin embargo, todos ellos cuentan con buenos sistemas de amplificación. 

En la imagen 1 vemos un bajo acústico de CorL el modelo NTL, uno de los modelos más caros de la firma. Se trata de un instrumento construido con una excelente selección de maderas, con un sistema de amplificación piezoeléctrico. 
Este otro modelo (2), de Dean, también utiliza un sistema de amplificación piezo eléctrico, aunque está construido con maderas menos nobles, lo que reduce considerablemente su precio. 


También encontramos modelos sin trastes (fretless), como este de Dean (3)
En esta otra imagen vemos dos modelos de Fender (4), en negro y natural. Se trata de un instrumento de gama media cuyo precio está entre el Cort y el Dean que hemos mencionado anteriormente. 
En una línea similar, encontramos el Squier SB-31. (5) 


Sin duda, los avances tecnológicos en cuanto a sistemas de amplificación han permitido un desarrollo mucho más certero de estos instrumentos, puesto que la amplificación de un bajo con caja acústica representa, de por sí, un problema. Es sabido que cualquier instrumento de caja es mucho más complejo de amplificar que uno sólido, naturalmente, nos referimos a la amplificación desde el mismo instrumento, amplificación a veces llamada "electrificación", como sucede con los contrabajos o guitarras españolas o acústicas a las que se instala una pastilla. Un instrumento sólido no produce casi sonido (desplazamiento de aire) en la misma caja, de modo que la pastilla o micrófono instalado en el mismo instrumento, trabaja en mejores condiciones. 

En cambio, cuando desde el mismo instrumento se genera sonido, la pastilla debe ser muy refinada a fin de no producir retroalimentación de ese sonido. El proceso de esta retroalimentación es el mismo que el de un acople (de hecho, es un acople). Cuando el sonido emitido por los altavoces, se introduce en la caja del instrumento (podemos evitar esto, hasta cierto punto, colocándonos de forma que la boca del instrumento no quede orientada hacia el altavoz, aunque aun así, siempre habrá algo de sonido que se colará), vuelve a salir dirigido hacia la pastilla o micrófono, que vuelve a amplificarlo. Este proceso sucede muchas veces en cuestión de segundos, y esto da lugar al acople. En un instrumento de tesitura grave esto es aún más delicado, puesto que estas frecuencias son mucho más difíciles de aislar. Las frecuencias más graves se colarán en el instrumento no sólo a través de su boca, sino a través incluso de la madera de la caja, en forma de vibraciones.

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