Desde hace unos años me hago una pregunta: ¿Existe una forma de poner la mano izquierda en el diapasón que resuelva los problemas de adaptación a nuestro instrumento desde un primer momento?
Cuando uno es mas joven a menudo suele pensar que su forma de pasar por el mastil es la mas buena, pues no en vano a uno le funciona como anillo al dedo en sus bolos, en el estudio y por supuesto también en los ensayos. Este era mi caso a los 16 años cuando empece con el bajo, cualquier forma de llegar a las notas era buena, y solo un resultado pobre en el sonido o una exigencia técnica que superaba el poco control que tenia del instrumento me hacia plantear algun cambio.
Volviendo al presente, tengo que decir que es difícil llegar a posicionarse sobre si esta mano esta bien puesta o no, sobre si se debe corregir tal posición o tal otra.
En realidad, lo importante no es tener un buen estatismo posicional, sino mas bien tener un grado de movilidad que nos permita la misma, esto es, cual es la cantidad de independencia que hay entre nuestros dedos de la mano izquierda y con que soltura los podemos usar para movernos hacia adonde queremos.
Es mas, un aprendizaje con demasiada insistencia en la fijación de la mano a base de machacar ejercicios que exijan una gran rigidez posicional podria llegar a ser contraproducente, tanto física como psiquicamente.
Desmontar tópicos cuesta mucho tiempo y siempre hay personas mas reticentes que otras a aceptar que hay unas reglas escritas no se sabe donde, que en caso de auto-aplicacion pueden ser de consecuencias nefastas para conseguir los objetivos que nos marcamos.
Sin ir mas lejos, quien no ha oído nunca aquello de que: " Yo el bajo lo tengo con el mástil curvo porque así hago mas fuerza y mi mano se endurece".
Gran error, ya que el elemento fuerza no es importante en si, lo que es importante es saber cual es la cantidad de presion que hay que ejercer contra el diapasón en cada momento y mantener constantemente el brazo y el antebrazo totalmente relajados, solo los dedos de la mano son los encargados de transmitir las Ordenes que da nuestro cerebro. En consecuencia una adaptación al instrumento, no solo pasa por una modificación de las yemas de nuestros dedos, sino que es una transformación total del funcionamiento psicomotriz de una parte importante de nuestro cuerpo. Los ejercicios siguientes muestran una pequeña parte de lo que podríamos llamar primeros pasos con el instrumento
Estoy seguro que muchos de vosotros estáis en estadios superiores a los que se refieren, pero me gustaría que os hicierais preguntas del tipo:
¿estoy contento con mi adaptación? ¿Tengo dificultades técnicas de cambios de posiciones en determinadas circunstancias? ¿Uso realmente los dedos que quiero usar, o bien son ellos los que deciden el orden de aparición? ¿Hay algún dedo de la izquierda que use nunca? Volver a los fundamentos nunca esta de mas, y nos ayudara a enfrentar viejos problemas que, tal vez ahora, sean mucho mas fáciles de solucionar.
Comentarios
Publicar un comentario