Técnicas con la mano izquierda III

Uno de los problemas que se tienen habitualmente a la hora de digitar con la izquierda es el cruce de cuerdas en una misma posición. El movimiento de una cuerda a la otra tiene que ser lo más preciso y corto posible, para evitar, así, la pérdida de duración de valor en las notas y, por otra parte, lo suficientemente ágil para que no se note la pequeña pérdida de sonido (nota) que se produce en el movimiento. Un exceso en el levantamiento de los dedos podría producir un mal sonido o un "muteo" innecesario en alguna de las notas. Para evitar estos inconvenientes hay que trabajaren la filosofía de no mover un dedo que no sea necesario o relevante para tocar un pasaje determinado. De esta forma, los dedos que no tengan implicación en el movimiento y no se tengan que levantar por necesidades obvias siempre estarán en contacto con el diapasón, al menos durante el tiempo en que el control del instrumento no sea aún el de un intérprete avezado en cualquier tipo de situaciones.Después de esta advertencia, cada cual sabrá cuántos ejercicios le hacen falta y qué cantidad de tiempo debe invertir para mejorar la limpieza de sus digitaciones. También hay que tener en cuenta que el tiempo de práctica diaria que se le debe dedicar a este tipo de ejercicios no debería exceder en ningún caso la hora u hora y media, y siempre deteniendo la ejecución en caso de algún dolor en la mano izquierda, síntoma deque estamos cansados o de que, en relación con la postura escogida, algo no acaba de funcionar como debiera. En los ejemplos vemos como, poco a poco, se incrementa la dificultad en proporción a los movimientos. En el Ej.1 tenemos una digitación 1234 implicando las cuerdas A y D. Siempre estamos empezando en el dedo 1 y el resto se toca en la otra cuerda.En el Ei.2 son dos dedos que tocan notas en la tercera cuerda y dos en la segunda. En el Ej.3' ocurre lo mismo que en Ej.2, sólo que ahora estamos mucho más abajo en el diapasón y las distancias son un poco más grandes. En el Ei.4 la distancia entre cuerdas aumenta y tocamos notas en la cuarta y la segunda. El ejercicio podría continuar iniciándose en cualquiera de las cuatro notas, lo que cambiaría el orden en que movemos los dedos, creando así una multitud de ejercicios derivados de las posibles combinaciones que hay en cada posición con los cuatro dedos implicados.


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