Bites y frecuencias de muestreo
El audio que entra a la computadora de manera analógica por el
micrófono es convertido a digital por medio de un proceso llamado
muestreo en el que la PC pasa a ceros y unos la onda de sonido (señal
analógica), y la traduce a un lenguaje que la computadora puede
entender. En los discos de vinilo, a mayor velocidad, mayor calidad.
Un disco que giraba a 45 revoluciones por minuto sonaba mejor que uno
que lo hacía a 33. Esto, en audio digital, vendría a ser la frecuencia,
que se mide en hertz y cuyas tasas más habituales son 44.000 Hz
y 48.000 Hz. Algunos grabadores de tipo periodista y MP3 graban a
frecuencias inferiores (22.000 Hz, por ejemplo) con gran pérdida de
calidad. A menor calidad, necesitamos menos espacio en disco y como
esos grabadores están hechos más para grabar una clase en la facultad
que un concierto, se prioriza la cantidad por sobre la calidad.
Con respecto a los bites, las tasas más habituales son de 16 y 24. Tal
como ocurre con la frecuencia, a mayor calidad, más espacio en disco
se requiere. Por esta razón, los sistemas de grabación no profesional
antes citados suelen trabajar en una tasa de 8 bits reduciendo
drásticamente la calidad para aprovechar el espacio de sus pequeños
sistemas de almacenamiento. Para darnos una idea: el sintetizador de
la consola de videojuegos Family Game funcionaba a 8 bits.
Qué es el MIDI y qué son los VST
Quizás jamás hayamos oído hablar de VST (Virtual Studio Tecnology)
pero probablemente alguna vez escuchamos mencionar la palabra MIDI
que significa interfase digital para instrumentos musicales, y
surgió en los años 80, antes de implementarse en las PC hogareñas
Se trata de un estándar que nos permite almacenar datos digitales de
audio en muy poco espacio puesto que, en realidad, al reproducirse, el
sonido se genera dentro de la memoria de la computadora. En un archivo
MIDI no hay más que instrucciones para que, siguiendo una norma
estandarizada, el sintetizador interno de la placa de sonido sepa qué
sonidos reproducir. Por medio de las instrucciones de un archivo MIDI
(.mid o .kar) se pueden reproducir los sonidos con los que ya cuente una
placa de audio, o bien un banco de sonidos incorporado a un software
anfitrión (hay diversos formatos, el más extendido es el Sound Font). No
vamos a complicarnos con detalles técnicos al respecto, pero es bueno
que sepamos que, si bien al principio el MIDI solo permitía reproducir
los precarios sonidos internos de las placas de audio –similares a los
de una cajita musical–, actualmente podemos emular instrumentos de
manera mucho más realista gracias a la tecnología de instrumentos
virtuales VST, que son plugins (complementos) que vienen incluidos
o que podemos agregar a los software de grabación. Además de los
instrumentos VST, existen los efectos VST, que si bien son desarrollados
con la misma tecnología, nada tienen que ver con el MIDI. Mientras que
los instrumentos VST generan una señal de audio (que será disparada, por
ejemplo, mediante un órgano con salida MIDI), un efecto VST modifica
una señal de audio generada, por ejemplo, con un micrófono.
El MIDI tiene otras aplicaciones porque, además de instrumentos de
teclas (sintetizadores, samplers, órganos electrónicos), cuerdas (guitarras
eléctricas e incluso españolas) o baterías, existen consolas MIDI, en
donde el programa entiende los cambios de volumen y ecualizaciones
por canal como mensajes MIDI. Por otra parte, con un teclado MIDI
podemos hacer que la computadora escriba en un pentagrama aquello
que estamos tocando, característica muy útil para el analfabeto musical,
el estudiante o el avanzado que necesita ganar tiempo.

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