¿Cómo lo vamos a hacer?
Lo principal para encarar una producción de video es la responsabilidad, la organización
y la prolijidad. Para empezar, debemos asumir que es prácticamente
imposible llevar adelante solos una producción seria. Más allá de que nos guste
o no el trabajo grupal, obligatoriamente tenemos que conformar un equipo de
trabajo con roles bien definidos para cada uno de sus miembros.
En esta clase de equipos es fundamental una organización del tipo vertical, donde
estén claras, desde un principio, las tareas de cada uno dentro de la producción.
Es muy común que en producciones independientes, todos los integrantes del equipo
sepan cubrir varios roles a la vez (desde camarógrafos hasta editores). Esto suele
ser motivo de conflicto, porque es muy fácil caer en la tentación de “meterse” en el
rol del otro. Para evitar discusiones que puedan poner en peligro la convivencia del
equipo y el resultado final del producto, lo ideal es realizar todas las reuniones que
sean necesarias para la confirmación del grupo, de manera que quede claro quién
será el responsable de cada área, quién tendrá la palabra final sobre cada parte
del proceso y quién o quiénes serán los que determinen cuándo el producto finalmente
está en condiciones de ser presentado.
Una vez conformado el equipo, repartidos los roles que veremos con detalle más
adelante y asignados los tiempos y las responsabilidades, podemos trabajar en el
proyecto puntual. Primero, debemos tener claro qué queremos hacer, en este caso
vamos a realizar un documental que nos demandará desde la búsqueda del equipamiento
hasta la elección de los partícipes. Aquí cabe anotar que la opinión del
responsable de cada área tendrá el mayor peso sobre las demás. Por ejemplo, nadie
mejor que el camarógrafo para sugerir el tipo de cámara a utilizar o la del editor para
determinar la combinación de hardware y software para darle forma final al video.
Aunque parezca extraño, ésta es la parte más difícil del proyecto, por eso no debemos
preocuparnos si es la que nos lleva más tiempo. Una vez definido lo anterior,
la puesta en marcha avanzará fácilmente, parecerá un camino cuesta abajo si fuimos
lo suficientemente puntillosos en cada detalle.
¿Qué programas vamos a usar y por qué?
En producción de video hay dos factores que nos presionarán de forma permanente:
la calidad del producto y los tiempos de entrega. Lo primero es fundamental, si
queremos que nuestro documental obtenga las críticas favorables que esperamos.
Por otro lado, esto debe lograrse en un tiempo que, muchas veces, estará supeditado
a la fecha de realización de un festival, a la salida de un programa de TV o
simplemente a los deseos de quien financia nuestro trabajo.
Por lo tanto, debemos apuntar a un software que nos brinde todas las herramientas
necesarias para plasmar nuestra idea con la mejor fidelidad posible y que al mismo
tiempo nos presente la menor cantidad de atrasos posibles. Teniendo en cuenta el
ahorro de equipamiento que obtenemos al hacer un proceso de edición digital, vale la
pena invertir en algunos productos de software que, hoy por hoy, están en condiciones
de ofrecer una solución para nuestras necesidades de calidad y tiempo.
A continuación presentamos los programas que nos acompañarán a lo largo de
la realización de este documental.
• Adobe Premiere (www.adobe.com/es/products/premiere): es un producto que
está muy consolidado en el ámbito de la edición de video, ya que cuenta con
muchísima experiencia dedicada a su desarrollo. Se puede personalizar a través de
plugins, para adaptarlo exactamente a lo que queremos
hacer. Su permanente actualización nos lleva a
estar siempre al día en cuanto al hardware.
• The Gimp (www.gimp.org): si bien podríamos usar otro producto de Adobe
para retoque de imágenes (como Photoshop), es posible ahorrarnos el alto costo
de este software y optar por una alternativa gratuita para el montaje de imágenes
fijas (fotografías o placas de texto).
Una vez que hemos decidido cuáles son los programas que nos ayudarán durante
el proceso de realización del documental, llega el momento de comenzar a trabajar
en la primera etapa: la preproducción.

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