PRODUCCIÓN MUSICAL: El software musical III


 

Efectos de sonido y ecualizadores 

Hay infinidad de efectos que podemos aplicar a nuestro demo para lograr un sonido más cercano al profesional. Más adelante, aprenderemos a agregar un efecto de cámara (o reverb) y un ecualizador. El efecto de cámara es aquel que simplemente simula un espacio real (no es igual la acústica de un teatro que la de un baño o un estadio). Una variante es el efecto Delay, que simula un eco. 
Algunos programas musicales suelen incorporar sus propios ecualizadores, aunque también podemos insertarlos en forma de plugins. El ecualizador es un procesador del que probablemente hayamos escuchado hablar, ya que los equipos de audio hogareños suelen incluir uno en su circuito, con mayor o menor complejidad: desde los típicos controles de graves, medios y agudos hasta módulos completos con gran cantidad de parámetros regulables y presets (propios de los grandes y costosos centros musicales modulares de los años 90). Básicamente, lo que hace un ecualizador es diferenciar entre los diversos rangos de frecuencias (graves, medios y agudos) de manera tal que, modificando sus parámetros, podemos subir el volumen de unos sin alterar los otros (también bajarlo o incluso eliminarlo). La complejidad de cada ecualizador varía según la cantidad de frecuencias entre las cuales sea capaz de distinguir. Algunos equipos doble casetera incluían un ecualizador de tipo gráfico de varios controles deslizables, cada uno representaba una frecuencia, y los que se ubicaban más a la izquierda correspondían a las frecuencias graves y los de la derecha, a las agudas. 

Existen también ecualizadores paramétricos, que nos permiten determinar a nosotros la frecuencia o el rango de frecuencias cuyo volumen queremos modificar. El hecho de poder modificar el volumen individual de cada frecuencia tiene múltiples utilidades. Por ejemplo: si una canción tiene demasiado ruido de ambiente podemos buscar el rango de frecuencias correspondientes a ese sonido (usualmente los agudos) y reducirlo o directamente colocarlo en punto cero. Incluso hay frecuencias imperceptibles para el oído humano pero que producen sensaciones diversas, muchas veces desagradables, como el efecto bola: cuando percibimos que todos los instrumentos están como amontonados y no alcanzamos a distinguirlos con claridad. Ocurre que, cuando se juntan demasiadas frecuencias, aunque sean imperceptibles, ocupan un espacio y a la canción le está faltando aire. Las frecuencias se miden en hertz y con un ecualizador podemos eliminar todas las que estén por debajo de los 30 Hz para lograr más aire. El ecualizador también tiene otras aplicaciones. Comúnmente se lo utiliza para darle más brillo a los platos y a las guitarras acústicas aumentando levemente las frecuencias agudas, aunque hay usos más creativos. Por ejemplo, el efecto teléfono se logra reduciendo todas las frecuencias excepto las medias. Hay quienes intentan un efecto karaoke eliminando las frecuencias centrales (en donde, en general, se encuentra la voz), aunque el resultado no suele ser efectivo. 

Existen también efectos que se aplican en la masterización y que sirven para modificar la dinámica del sonido (las diferencias entre los volúmenes altos y bajos); al respecto, en el Capitulo 6 aprenderemos a utilizar un compresor y un normalizador.

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