Efectos de sonido y ecualizadores
Hay infinidad de efectos que podemos aplicar a nuestro demo
para lograr un sonido más cercano al profesional. Más adelante, aprenderemos a agregar un efecto de cámara (o reverb) y
un ecualizador. El efecto de cámara es aquel que simplemente simula
un espacio real (no es igual la acústica de un teatro que la de un baño o
un estadio). Una variante es el efecto Delay, que simula un eco.
Algunos programas musicales suelen incorporar sus propios
ecualizadores, aunque también podemos insertarlos en forma de
plugins. El ecualizador es un procesador del que probablemente
hayamos escuchado hablar, ya que los equipos de audio hogareños
suelen incluir uno en su circuito, con mayor o menor complejidad:
desde los típicos controles de graves, medios y agudos hasta módulos
completos con gran cantidad de parámetros regulables y presets (propios de los grandes y costosos centros musicales modulares de
los años 90). Básicamente, lo que hace un ecualizador es diferenciar
entre los diversos rangos de frecuencias (graves, medios y agudos)
de manera tal que, modificando sus parámetros, podemos subir el
volumen de unos sin alterar los otros (también bajarlo o incluso
eliminarlo). La complejidad de cada ecualizador varía según la cantidad
de frecuencias entre las cuales sea capaz de distinguir. Algunos
equipos doble casetera incluían un ecualizador de tipo gráfico de
varios controles deslizables, cada uno representaba una frecuencia,
y los que se ubicaban más a la izquierda
correspondían a las frecuencias graves y los
de la derecha, a las agudas.
Existen también
ecualizadores paramétricos, que nos permiten
determinar a nosotros la frecuencia o el rango de
frecuencias cuyo volumen queremos modificar.
El hecho de poder modificar el volumen
individual de cada frecuencia tiene múltiples
utilidades. Por ejemplo: si una canción tiene
demasiado ruido de ambiente podemos buscar
el rango de frecuencias correspondientes a ese
sonido (usualmente los agudos) y reducirlo o directamente colocarlo en
punto cero. Incluso hay frecuencias imperceptibles para el oído humano
pero que producen sensaciones diversas, muchas veces desagradables,
como el efecto bola: cuando percibimos que todos los instrumentos
están como amontonados y no alcanzamos a distinguirlos con
claridad. Ocurre que, cuando se juntan demasiadas frecuencias, aunque
sean imperceptibles, ocupan un espacio y a la canción le está faltando
aire. Las frecuencias se miden en hertz
y con un ecualizador podemos eliminar todas las que estén por debajo de los 30 Hz para lograr más aire. El ecualizador también tiene otras
aplicaciones. Comúnmente se lo utiliza para darle más brillo a los
platos y a las guitarras acústicas aumentando levemente las frecuencias
agudas, aunque hay usos más creativos. Por ejemplo, el efecto teléfono
se logra reduciendo todas las frecuencias excepto las medias. Hay
quienes intentan un efecto karaoke eliminando las frecuencias
centrales (en donde, en general, se encuentra la voz), aunque el
resultado no suele ser efectivo.
Existen también efectos que se aplican en la masterización y que
sirven para modificar la dinámica del sonido (las diferencias entre los
volúmenes altos y bajos); al respecto, en el Capitulo 6 aprenderemos a
utilizar un compresor y un normalizador.

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